Comprender la vacuidad para ser libres – Curso de Shabdrung Rimpoché sobre la Entrada en la Vía mediada
A veces, en el estudio de la vía mediana que lleva a la comprensión de la vacuidad nos podemos sentir perdidos. Como todo se cuestiona, podemos tener la sensación de que nuestras creencias se de-construyen sin que se proponga una alternativa. Pero no nos olvidemos de que el cuestionamiento sistemático aplicado en la vía del medio, tiene como objetivo el de clarificar nuestra comprensión y alimentar nuestra confianza en base a la lógica y a los razonamientos.
Hace ya cuatro años que estudiamos, con Shabdrung Rimpoché el texto de Chandrakirti, La Entrada en la Vía mediana, que establece la vacuidad interrogando nuestras representaciones y nuestras creencias. El propósito de estas muchas reflexiones es disipar las ideas erróneas que tenemos sobre la realidad, cuestionar nuestra ignorancia y el desprecio que genera. A veces, ni siquiera somos conscientes de que tenemos conceptos erróneos y una forma truncada de percibir la realidad. Esto es lo que mete en evidencia el texto. Sin embargo, si abordamos esta enseñanza demasiado rápido, si no nos tomamos el tiempo para comprender, se puede crear una fosa entre nuestra manera de ver y lo que muestra la enseñanza. Corremos por tanto el riesgo de desanimarnos teniendo la impresión de que aquello que tenemos que realizar es demasiado vasto. Es por lo que el Buda dio igualmente enseñanzas sobre la realidad relativa.
Como la realidad última puede resultarnos inaccesible, el Buda enseñó métodos para un avance progresivo. Las dos aproximaciones combinadas forman lo que llamamos una doble acumulación: mérito y sabiduría. Se trata de un camino progresivo que nos permite reunir las condiciones para comprender la realidad de los fenómenos, de reunir el mérito para, progresivamente, alimentar el discernimiento.
Mientras abordamos la vacuidad, puede surgir un miedo, el de perderlo todo, incluidos nosotros mismos. Pero la vacuidad es una de las cosas más bellas por descubrir. A menudo lo tomamos por una nada a causa de nuestro apego que nos hace creer en las cosas como existentes de verdad. Como nos identificamos a nosotros mismos y a los fenómenos, tenemos miedo de perder aquello a lo que estamos apegados. Este apego es uno de los mayores obstáculos a la comprensión. Si entendemos el sentido de la vacuidad, entonces no deberemos de tener miedo de perder lo que sea, ya que percibimos directamente que no hay nada que perder. Comprender la vacuidad es la libertad última.
Cuando hablamos de la vacuidad, se trata de la naturaleza verdadera de los fenómenos. No ha sido creada recientemente por los budas. La vacuidad no es la destrucción de lo que había con anterioridad, sino que es, desde siempre, el modo de ser de los fenómenos. Es lo que la ignorancia nos impide ver, debido a nuestras tendencias. Esto es lo difícil de entender.
Es otra de las razones por las que el Buda dio enseñanzas progresivas y diferenció la verdad ultima y la verdad relativa.
Vivimos una paradoja. Al mismo tiempo que amamos la libertad, nos aferramos a nuestra manera de percibir las cosas. Esto es lo que nos impide ser libres y estar abiertos. El sentido mismo de las enseñanzas sobre la vacuidad es el de actualizar una verdadera libertad y una apertura total. Aferrar algo y ser libre, son opuestos. De hecho, todo aquello a lo que nos aferramos es lo que impide que seamos libres. La enseñanza de Chandrakirti, trasmitida por Shabdrung Rimpoché, tiene como objetivo ayudarnos a disipar aquello a lo que nos aferramos y liberarnos de nuestros apegos. A través del proceso del estudio, de la reflexión y de la meditación, nos volvemos más flexibles. Es un proceso de familiarización que toma lugar naturalmente mientras reunimos las buenas condiciones. Una vez más, no es la voluntad la que prima, sino la paciencia, en un paso progresivo.
[Esta crónica está escrita a partir de las instrucciones de Shabdrung Rimpoché durante el curso.]
Puntso, responsable del programa de Dhagpo
Dongsung Shabdrung Rimpoché, cuarto de su nombre y reputado por su gran erudición, es reconocido como la encarnación de Sangye Yeshe (832 – 902), uno de los 25 discípulos de corazón de Padmasambhava. Aunque pertenece al linaje sakyapa, ha recibido las instrucciones más importantes y los ciclos de iniciaciones de maestros de diferentes escuelas, entras las que se encuentra Thaye Dorje, Su Santidad el XVII Gyalwa Karmapa. Actualmente es el principal instructor del monasterio de Dhongtsang (Tíbet).