La confianza en uno mismo no se decreta, se cultiva. Implica encontrar los recursos justos para aprender a tomar nuestras decisiones de vida. (Este artículo también hace referencia a: vivir adolescente, un camino de autonomía).
Disipar la confusión – Entender nuestro funcionamiento
Nuestra confusión se disipa cuando comprendemos lo que vivimos. Habitualmente no distinguimos la confusión: a causa de ella no sabemos cómo reaccionar, no podemos discernir las cosas. Cuando somos jóvenes, tenemos mucha energía, seguimos nuestras propias impresiones, nos dirigimos hacia lo que nos parece interesante, lo que nos hace sentir bien. O, nos dejamos influenciar por alguien que nos impresiona. Mirándolo así, todo el mundo funciona de esta manera. Además, si observamos la situación de la gente a nuestro alrededor, descubrimos las causas de la evolución de la vida de cada uno, veremos cómo se construyen su vida. Este proceso de exploración nos permitirá desarrollar más intensamente la confianza en nosotros.
Tomemos un ejemplo. A veces, la gente nos da consejos, nos explica cómo hacer una cosa o cómo evitar otra. Incluso si estos consejos son justos, cuando los apliquemos, no darán necesariamente buenos resultados al 100 por 100.
¿Por qué? Porque no hemos desarrollado un discernimiento por nosotros mismos. Por ejemplo, alguien nos explica la manera de plantar flores, o de hacer una receta o pasar un nivel de un juego de vídeo. Seguimos las instrucciones tal y como se nos ha indicado, ponemos cada etapa en marcha y vamos hasta el final del proceso.
Pues bien, a veces no obtenemos el resultado que esperamos y otras veces sí, cuando en realidad, hemos seguido los consejos al pie de la letra en todo momento. Nos hace falta comprender lo que pasa y por qué. Si realizamos nuestra propia búsqueda, aprendemos por nosotros mismos el proceso que está en marcha, siendo las ayudas de los demás, en ese caso, complementarias a nuestro propio conocimiento. Sabremos así por qué a veces funciona y a veces no. Nuestras propias investigaciones son entonces, la causa del desarrollo de la confianza en nosotros mismos, ya que es gracias a esta comprensión verdadera que desarrollamos esta confianza.
A veces nos falta esta confianza ya que recibimos diferente información, incluso contradictoria o incluso, entendemos las cosas de manera desfasada, o puede que sea nuestra percepción la que crea confusión. Por ello, nos hace falta cultivar nuestra propia visión de las cosas.
A la escucha de nuestras percepciones
En este tema hay dos aspectos: las cosas exteriores, y uno mismo con la confianza que tiene en sí mismo. En general, seguimos nuestras propias impresiones, nuestros impulsos y los juicios que tenemos de nuestras sensaciones. Pero si entendemos las causas que generan estas impresiones, aparece una nueva forma de ver las cosas. Comprender de dónde vienen nuestras impresiones y por qué se elevan, nutre la confianza. Hablamos aquí de nuestros estados mentales debido a ciertas circunstancias con las que nos hemos encontrado y que conllevan impresiones, intuiciones. Creemos en estas impresiones, nos influyen, y entonces pasamos a la acción. En realidad, es bastante simple de entender. Si desarrollamos una mentalidad de ayuda, de apoyo mutuo, y observamos nuestro propio funcionamiento, esto nos permitirá identificar las causas de nuestras sensaciones, de nuestras percepciones.
Si estamos abiertos a la situación que surge y somos conscientes de qué es lo que está sucediendo en nosotros, podremos encontrar y entender estos diferentes movimientos emocionales. Al principio, ser consciente de nuestras emociones es un poco incómodo. Es el momento de explorar, tal y como lo hemos explicado, y de intentar ver de dónde viene esta falta de confort. Si estudiamos este tema, entendemos que esto proviene de nuestras propias emociones, el orgullo, los celos o la ira. A medida que descubrimos estos aspectos emocionales en nosotros, comprendemos de manera progresiva las causas, las condiciones de todos estos estados en el humano. Conocerse a sí mismo permite conocer el mundo. Esta comprensión nos libera así de la confusión y de una forma de distracción; nos libera de un ruido mental de fondo.
Exploración interior
Cuando hablamos de búsqueda, no se trata de modificar las cosas, sino más bien de ganar en comprensión. Descubrimos nuestra manera de funcionar.
El propósito no es el de cambiar la mente, los cambios vienen más tarde. Lo que descubramos, no debe empujarnos a querer cambiar demasiado rápido. Llegará de manera natural. Nuestra búsqueda va al encuentro de la realidad, de lo que de verdad está ahí. Los beneficios se volverán claros: viendo las causas y las condiciones que entran en juego, ya no habrá manipulación influenciados por nuestras propias impresiones. Tomemos un ejemplo: a veces, percibimos una tensión entre nosotros. Decidimos buscar la causa.
Quizás, la causa es que no aceptamos la actitud de alguien, o no estamos satisfechos de lo que ha dicho. Puede haber un apego, una voluntad de que las cosas pasen de una manera y no de otra. O quizás, la tensión aumenta porque queremos rechazar algo, hay como una irritación que no habíamos visto. Entonces, nos hace falta ver por qué queremos rechazar la situación.
Quizás nuestra reacción está relacionada con una forma de orgullo. El orgullo nos lleva a ser a veces críticos, y las críticas están relacionadas a unos celos subyacentes, porque incluso si queremos a alguien, podemos criticarle y rechazarle por celos. Nuestra exploración interior nos permite ver con precisión todos estos aspectos que se dan en nosotros. Lo esencial es buscar y encontrar todo esto por nosotros mismos.
Por ejemplo, puede suceder que nuestra madre nos pida hacer la vajilla. La primera reacción es la de querer responder que no queremos, es natural, no tenemos ganas.
Si miramos de más cerca, es nuestro orgullo el que nos está diciendo que no lo hagamos. Por otro lado, si no lo vemos en nosotros, serán la ira o el descontento los que van a tomar parte. Esto viene del hecho de que si, por ejemplo, no vemos este orgullo, la confusión se eleva, experimentamos la ira y rechazamos hacer la vajilla, siguiéndole a esto toda una serie de reacciones en cascada. Sin embargo, si nos preguntamos por qué la primera reacción es la de negarse, veremos que probablemente es por nuestro orgullo. ¡No queremos sentirnos dominados por nuestra madre! La idea aquí, no es la evitar el orgullo, sino la de reconocerlo, percibir claramente la situación y lo que se desencadena después. Esta es la búsqueda que nos hace falta hacer.
Paso a paso…la emergencia de la confianza
Luego, somos nosotros los que decidimos la dirección que queremos tomar ya que no hay un camino prestablecido. Después, la decisión de seguir al orgullo o hacer la vajilla es otra etapa. Pero si no vemos el orgullo, pueden elevarse la ira y el descontento y surgir así la confusión. Si decidimos hacer la vajilla, hay otra forma de orgullo que puede aparecer, pero al menos no hay ira.
El orgullo en sí mismo no es algo malo. Cuando se habla de la confianza en uno mismo, se trata de poder ver el funcionamiento de nuestra mente y cómo nuestras propias impresiones influyen en las situaciones. ¿Qué es lo que va a colorear la mente y hacia dónde nos conduce? ¿Cuáles son las causas de nuestras percepciones? Hacerse estas preguntas y reflexionar sobre ellas, nos ayuda a gestionar las situaciones. Esta manera de hacer nos, lleva a comunicar mejor ya que ya no estamos en una comunicación artificial. Viendo el funcionamiento de la mente, intercambiamos de manera apropiada, siendo ésta la manera en la que llegamos a un resultado más justo. Hay diferentes maneras de comunicar; con la familia y los amigos es bastante natural.
Si entendemos el funcionamiento de la mente y sus reacciones, entonces, nuestra comunicación estará adaptada, comprensible y será una ayuda. Habrá menos errores y las relaciones serán más armónicas. No una armonía para obtener lo que queremos, sino una armonía durable en la existencia, una visión más justa de las cosas, una buena comprensión de cada uno y, viendo los defectos o las cualidades, entendemos las causas. Esto hace que la comunicación y las relaciones sean duraderas para toda la existencia, es bueno para todos los aspectos de la vida.
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