El pasado octubre, varios jóvenes de entre 14 y 17 años, aprovecharon sus vacaciones para participar en el curso anual destinado a los adolescentes.
A medida que las decisiones y las preguntas se amontonaban, un momento de pausa con uno mismo, era bien recibido por todos nosotros.
Estos cuatro días han sido ricos en intercambios y en exploración para volver la mirada hacia el interior y compartir así nuestras experiencias con los demás. Miro, Emmanuelle y Martine han acompañado el proceso a través de numerosos ejercicios, tiempos de reflexión sobre temáticas específicas, e incluso un poco de meditación para clarificar y apaciguar nuestras mentes, a veces agitadas.
Una oportunidad de encontrarse y de comprender mejor las propias emociones y funcionamientos. La dinámica de grupo ha permitido a todos descubrirse a sí mismos, desarrollar su propio potencial y conectarse a su riqueza interior. Además, durante el curso, la interacción con los demás, ha alentado a cada uno de los participantes a ver más allá de sus propias percepciones y sus juicios habituales para cultivar así una mayor comprensión y apoyo mutuo. Todo el mundo se ha ido con algunas claves para vivir su vida diaria tal vez un poco más serenos y con el deseo de alimentar algunas semillas de sabiduría y de benevolencia cotidiana.
Vuestra opinión, experiencias y comentarios nos interesan. ¡No dudéis en decírnoslos!
(seguimiento de la conversación abajo)