Tres días, un maestro y seis paramitas – Visita de Shangpa Rimpoché
“Cuando se transmite una enseñanza, podemos encontrar tres dimensiones: información precisa, la inspiración que aparece como una especie de alivio o de confianza y por fin, una parte de diversión – la enseñanza es agradable de escuchar. Pero son los dos primeros aspectos los que son indispensables. Además, si la enseñanza no es mas que un intercambio de información, no sería necesario venir a un centro de Dharma, una escuela o una universidad podrían convenir. La enseñanza es un intercambio de corazón a corazón, a través del lenguaje, siendo esto lo que puede inspirarnos, y es lo esencial” Cuando Shangpa Rimpoché enseña, la aproximación es clásica. Ha enseñado sobre las seis paramitas a partir del texto de Je Gampopa, El precioso ornamento de la liberación. Pero a lo largo de la enseñanza, ha dado consejos que vienen de su experiencia y que ayudan a la comprensión.
Si bien no tenía más que tres días, ha cubierto el conjunto de las seis cualidades presentándonos lo que llamamos en tibetano un dudeun, un resumen del texto que se enseña. Es particularmente precioso ya que da los puntos clave para cada sujeto abordado y al final, tenemos una visión de conjunto de la mente del despertar en aplicación a través de las paramitas. Ha explicado el mecanismo mostrando como se basan en la causalidad: cada paramita cultivada, genera un aspecto de la realización, una capacidad que madura a lo largo del camino para dar sus frutos completos en el momento de despertar.
Pero antes de entrar en detalles, Shangpa Rimpoché mete las paramitas en su contexto. Explica que son el despliegue de la mente del despertar en aplicación, la puesta en obra concreta de la bodhichitta. Y precisa “A veces pensamos que la mente del despertar se limita a la práctica del amor y de la compasión. Pero la bodhichitta es más que eso. Una simple acción bondadosa, tan benéfica como sea, puede tomarse como la actividad de bodhisatva. Pero no es el caso. En realidad, el amor y la compasión son el fundamento de la bodhichitta. Con la actitud de amor libre de preferencias, desarrollamos una actitud de compasión. Sobre esta base podemos cultivar una mente superior, una mente preparada para ser benéfica a los seres de manera vasta. Así es como formulamos la promesa de poner todo en obra para realizar el beneficio de los seres. La bodhichitta es el proceso que triunfa de este compromiso personal”.
No obstante, antes de abriros a los demás, somos el verdadero punto de partida del camino: “La práctica del amor y de la compasión comienza por focalizarse en nosotros mismos cultivando un aspecto calificativo de la mente: la renuncia. Por medio de la desilusión, generamos compasión hacia nosotros mismos, y después desplegamos este mismo estado mental hacia los demás”. Hay materia para reflexionar.
Rimpoché vuelve después a explicar el sentido de las paramitas: “La palabra paramita significa ir a la otra orilla, más allá, la más lejana; las paramitas forman el viaje desde el estado de ignorancia hasta el nivel más consumado del nirvana. Este periplo comienza por la etapa más sencilla, la generosidad, que puede ponerse en obra más o menos por todo el mundo. Sobre esta base, podemos practicar la ética que nos permite reunir y preservar las condiciones favorables. Si la ética se observa bien, se manifiestan naturalmente las cualidades de paciencia. Cuando estamos familiarizados con la paciencia, se instala la perseverancia, siendo ella la que da el interés y la alegría en la práctica meditativa. Y finalmente, gracias a la meditación seremos capaces de reconocer directamente la realidad. Es la sabiduría. Es así como las paramitas llevan de manera progresiva al despertar”.
Rimpoché nos muestra igualmente como estas seis cualidades impregnan todas las prácticas: “Existen numerosos métodos nacidos de los tres vehículos; hace falta saber que cada uno de entre ellas es una manera de poner en obra una u otra paramita. Por ello, es importante conocer la naturaleza de estas seis cualidades y de tomar conciencia de su presencia en nuestra práctica con el fin de cultivarlas”. Y añade una metáfora: “Es como preparar un plato. Existen todo tipo de alimentos, de múltiples sabores y de gustos diferentes: está la cocina italiana, china o india, siendo todas muy distintas. Pero en cada uno de esos platos vamos a encontrar calorías, proteínas, fibras y diferentes valores nutritivos; estos aspectos deben de agruparse no solamente por el sabor sino también para sustentar el cuerpo y apoyar nuestro principio vital. Nos hace falta prestar atención a que las paramitas estén presentes en cada práctica como estos componentes de la alimentación. Si ellas están reunidas, apoyan nuestro camino hacia el despertar, siendo cual sea la forma”.
Shangpa Rimpoché se basa en la estructura del texto de Gampopa, pero da vueltas por la etimología de ciertos términos que nos ayudan a comprender mejor; en ciertos momentos aclara el sentido a través de una historia, utilizando metáforas para poner en perspectiva y enriqueciendo esto con un consejo.
Lo que sentimos a lo largo de las sesiones es su preocupación de dar los medios para poner en práctica las instrucciones. Por otro lado, respecto a la paramita de la meditación, ha salido de la estructura para dar algunas instrucciones que vienen de maestros del linaje Kagyu.
El domingo por la tarde, no quedaba demasiado tiempo para la sexta paramita, la sabiduría. Rimpoché ha dado la quintaesencia, pero al final, la audiencia ha sido unánime: nos hace falta volver a invitar a Shangpa Rimpoché para que venga a explicarlo en detalle.
Puntso, responsable del programa de Dhagpo