El curso de verano de lama Jigme Rimpoché
Dar sentido a nuestra existencia
“Sin importar cuales sean las fuerzas, los bodhisatvas han considerado su existencia y han tomado una decisión: comprender las instrucciones de Buda. Han visto algo importante. Se han puesto, paso a paso, en marcha en esta dirección. Lo que al final de cuentas ha dado totalmente un sentido a su existencia humana”. Esto puede resumir los cinco días de enseñanzas de lama Jigme Rimpoché. Nos ha llevado al camino de los bodhisatvas, estos practicantes que combinan discernimiento y compasión, realizando así su bien y el de los demás.
Rimpoché ha comenzado por el refugio: el Buda como objetivo, el Dharma como enseñanza y la Sangha los guías. A propósito del Dharma, nos explica:
“Necesitamos reflexionar sobre qué es la protección del Dharma, ¿hacia dónde nos lleva el refugio? ¿Cuáles son los beneficios? ¿Por qué ponerlo en práctica? etc. En un primer momento sentimos un interés simple por las enseñanzas, pero a través de la reflexión, el sentido se volverá cada vez más claro y más presente en nosotros. Progresivamente, pondremos la enseñanza en práctica. Primero escuchamos la información y después, paso a paso, la integramos y así es como podemos ponerla en práctica. Esto es lo que significa la protección del Dharma: no generar lo que terminará en malestar”.
Y añade:
“Esta puesta en práctica no es una obligación. Se realiza en conciencia con los beneficios que el Dharma puede aportarnos. ¡No son una serie de reglas que hay que aplicar! Se trata de integrarla y de ponerla en práctica tanto como podamos y dentro de los límites de nuestras capacidades. Para seguir el Dharma nos hace falta mirar nuestra propia vida. No podemos aplicarlo totalmente, pero podemos familiarizarnos: observar nuestros estados mentales para entender el funcionamiento de manera lúcida”.
Tras ello, Rimpoché nos invita a contemplar un proceso en el que el punto de partida es la práctica de la generosidad. La generosidad permite al mismo tiempo liberar el estado del apego que nos aprisiona y ayudar concretamente a los demás. Luego ha explicado la necesidad de adoptar una conducta justa; está relacionada a la conciencia de nuestros estados mentales perturbados y la manera de no estar sujetos a ellos. La conducta es justa en el sentido en el que nos proporciona mucha libertad. Después, nos ha enseñado cómo, a través de la meditación, podemos clarificar la mente. Pero, ¡la perspectiva es enorme! “No se trata de modificar algo, sino de mirar nuestro funcionamiento con el fin, progresivamente de establecernos en un estado no fabricado de la mente”. A través de la meditación, cultivamos un discernimiento que sobrepasa nuestra manera habitual de pensar.
Al combinar estas tres, generosidad, ética y meditación, se generan las causas de la liberación y el despertar. Pero con el fin de poder llegar hasta el final del camino, se necesitan igualmente esfuerzo y paciencia. Hay que invertir energía para que el proceso se desarrolle y nos hace falta superar las dificultades.
Para que la práctica de estas cualidades pueda dar sus frutos, nos hace falta todavía volvernos hacia nosotros mismos. Sean cuales sean las circunstancias que nos hayamos encontrado, se trata, lo máximo posible, de tomar conciencia de nuestros estados mentales en el instante. Reconocemos entonces las emociones que nos atraviesan, así como lo que las motiva. Por esta introspección, la mente se vuelve clara. Cada circunstancia se vuelve como un espejo que nos revela nuestro funcionamiento. “El bodhisatva utiliza incluso las circunstancias negativas como medio de desarrollar la mente del despertar”, precisa lama Jigme Rimpoché.
Primero nos hace falta conocer este camino, estas instrucciones y después nos hace falta reflexionar. Como esto aclara nuestra existencia, tenemos ganas de ponerlo en práctica. ¡Y es aquí donde llega el bloqueo! No lo conseguimos, estamos demasiado apegados a lo que vivimos. No logramos deshacernos de nuestros viejos hábitos. El consejo de Rimpoché es el de volver a la verdad de nuestra situación. Si (re)tomamos conciencia de la impermanencia y si (re)visitamos la causalidad, los actos y sus consecuencias, con el viene y va del bienestar y de malestar, entonces “puede tomarse otra decisión”.
Pero todos lo sabemos, si abordamos el camino de los bodhisatvas como un sistema, como una estructura, como un modo de empleo o como una receta, no puede funcionar. Rimpoché recuerda una y otra vez, que se trata de un proceso natural, casi espontáneo. Se trata de reunir las condiciones y una vez que hemos realizado el sentido, ponerlas en práctica. “Caminando en la vía del bodhisatvas es como podremos convertirnos en bodhisatvas”.
Puntso, responsable del programa de Dhagpo.