Relajación, meditación, apego y compasión
Durante los cuatro días del curso de mayo, lama Jigme Rimpoché ha desarrollado las instrucciones en tres dimensiones: el sentido de la meditación, el apego como fuente de nuestras dificultades y la mente del despertar como respuesta más adaptada a nuestra situación. Combinar estos tres aspectos facilita la vida y abre el camino hacia la liberación. Esta crónica es un mosaico de los extractos que me han parecido los más útiles a compartir, con esos ejemplos en los que Rimpoché tiene el secreto.
La enseñanza de Buda no es ni blanca ni negra, no se reduce al bien o al mal, no está hecha de “hay que” o de “no hay que “. El Buda parte de nuestra condición. Habiendo tomado conciencia de nuestra situación, buscó aquello que era benéfico para ponerlo en obra. Dicho de otra manera, lo importante es saber cómo hacer frente a los problemas con los que nos encontramos. Es como cuando andamos en la montaña: sin buenos zapatos y una gorra para protegerse la cabeza será complicado. Claro que podemos hacer el camino en chancletas y cabeza desnuda, pero corremos más riesgos. Se trata de saber aquello que hace de nuestra vida más fácil.
Una historia: un día, el Buda pide a un grupo de médicos ir a recoger plantas medicinales. Todos vuelven con muestras, a excepción de uno que vuelve con las manos vacías.
El Buda le pregunta por qué no había traído nada. La respuesta del hombre es clara: porque todas las plantas son buenas para algo, incluso el veneno puede curar, pero hay que saber utilizarlo. Esto es precisamente, se trata de saber cómo hacer frente a los problemas con los que nos encontramos.
Meditación y suavidad
Cuando hablamos de meditación, pensamos en un método: la postura del cuerpo, el soporte de la respiración, los remedios a los defectos, etc. Pero el método no es sólo el método. Está ahí para llevarnos a algún lugar. El método solo, sin el estado mental correcto, no puede más que dar resultados limitados. Permite alcanzar el objetivo, pero no es el objetivo. Además, poner en obra un método, supone siempre combinar varios aspectos. Si queremos degustar un buen café, no vamos a conseguirlo simplemente metiendo los granos de café en la boca. Hace falta agua caliente, eventualmente leche y azúcar, y mezclar todo el conjunto bien para obtener el gusto deseado.
La meditación es por tanto primero un estado mental. Se trata de permanecer en el proceso natural de la mente, tan solo ser conscientes de que lo que pasa. No es un estado fabricado o el rechazo de una parte de la mente. Meditar consiste en continuar lúcidos en cuanto a lo que pasa en nosotros. Nos hace falta saber cómo hacer para permanecer en un estado natural y comprender lo que esto significa. La primera condición es la de cultivar la relajación, tanto física como mental, esto ayuda a permanecer en el estado natural. Para encontrar la relajación, hace falta de un poco de espacio. En nuestra casa siempre tenemos algo que hacer, bien en el ordenador, en la cocina o en otro lugar. Los conceptos diarios nos asedian y perdemos el estado natural de la mente. Esto muestra la falta de espacio interior. Se trata de sentarse en calma y dejar que el estado natural se instale por sí solo.
La relajación nos permite el no dejarnos parasitar por los hábitos. Podemos entonces experimentar la mente que permanece, los movimientos de la mente que cambia y la conciencia de uno y del otro. La mente está así presente, sea cual sea su estado. Rimpoché añade: “Nosotros entendemos estas indicaciones sobre la base de la relajación aplicamos el método. Nos concentramos al mismo tiempo que estamos relajados. Esto es lo que nos lleva a la suavidad”.
Mente del despertar y relajación
No podemos hacer que una roca se vuelva maleable, incluso si la metemos en el agua. Sin la mente del despertar seguimos siendo rígidos. La bodhichita no es, ni una obligación budista ni una regla del Dharma. No habla de nosotros. Si queremos disipar los problemas y las dificultades que rencontramos, entonces, la práctica de la bodhichita se vuelve una evidencia. La puesta en práctica de la mente del despertar genera una nueva visión de los otros, madura la mente de manera benéfica, nos abre a una relajación en profundidad. Al final, el sufrimiento es menor, ya no es un fardo porque lo entendemos mejor. Rimpoché funda la bodhichita en le práctica del amor y de la compasión auténtica y original. No se trata de un amor sentimental ni de una compasión emocional.
Hablamos de compasión autentica y original, ya que la compasión ya está presente en nosotros mismo. Se trata de dejar que nuestras propias cualidades se abran ya que nuestra naturaleza es compasión. Empezando por nosotros mismos y mirando nuestra mente, reconocemos los problemas y las dificultades. Entendemos entonces que el amor es una justa respuesta a nuestra situación. Al percibir más profundamente nuestros estados mentales, comprendemos que el amor y la compasión son recursos para salir de la confusión. En un principio pensamos en desarrollarlos por los demás, pero nos damos cuenta de que nuestra capacidad para ayudar todavía es limitada. En un primer tiempo, cultivamos para nosotros mismos la compasión hacia los demás. Es un proceso a largo plazo. El Buda siempre propone una transformación profunda accediendo a las verdaderas causas, sino, nuestra practica es como una aspirina. Con cada problema debemos encontrar una solución y es interminable.
Apego y solo verlo
Entendemos lo que significa apego en base a las enseñanzas. El apego no es ni bueno ni malo, se eleva. En sí mismo no es malo, pero por su culpa tenemos problemas. Nuestra primera reacción es la de querer desapegarnos, pero no es la dirección correcta. Se trata más bien de liberarnos del apego. Dicho de otra manera, si somos conscientes de nuestros apegos, nuestra visión puede cambiar de manera natural.
Ejemplo: alguien me agrede verbalmente. Inmediatamente me siento insatisfecho. Si busco la causa de la insatisfacción en mí, veré que se trata de mi orgullo y de mi apego. No es una razón para aceptar un insulto, pero me hace tomar conciencia del proceso que genera. Si lo reconozco, mi visión cambia. Si percibo directamente mi reacción y las emociones que se desencadenan, el insulto generará naturalmente menos sufrimiento. El hecho de ver el apego como fuente de confusión, es lo que nos permite cambiar el estado de la mente. Es entonces cuando puede tener lugar la bodhichita.
No hace de nosotros alguien de bien y de gentil conforme a un canon, nos permite cambiar nuestros estados mentales en profundidad. No nos pide sacrificios, nos lleva a comprender mejor las necesidades de los demás, ya que conocemos en profundidad y cada vez más claramente. Esto es suavidad.
Puntso, responsable del programa de Dhagpo