Curso de verano, tercera semana – Cambiar de objeto de focalización
A lo largo de los días, Khempo Chodrak Rimpoché ha desarrollado la enseñanza explicando el Sutra del Diamante a partir del comentario de Kamalashila recurriendo a su propio conocimiento. El curso de verano ha terminado. Cada día ha sido una inmersión en el Dharma. Como cada año, a lo largo de las sesiones el sentido se revela, el discernimiento que viene de la escucha aparece y se almacena el material para la reflexión.
Cambiar de objeto de focalización
El propósito del Sutra es el de permitirnos pasar de un objeto de focalización que podemos llamar mundano, a un objeto de focalización despierto. Una mente mundana está llena de todo tipo de contenido que le preocupa, colocándose además en el centro de sus preocupaciones. El objeto de focalización de una mente mundana es esencialmente ella misma en la búsqueda de la felicidad que, a fin de cuentas, se revela efímera. La búsqueda se hace eterna volviendo a empezar sin que la felicidad esté en la lista. En resumen, mientras que una mente mundana busca el bienestar, encuentra decepciones e insatisfacciones. El Sutra propone un cambio progresivo del objeto sobre el cual focalizamos, una manera de descentrar para tomar como perspectiva el despertar. El objeto es doble: los otros y el conocimiento. Dicho de otra manera, se trata de cultivar la compasión y el discernimiento que comienza por el hecho de cultivar una clara intención de realizar el despertar con el fin de adquirir los medios de ayudar concretamente a los seres. Entonces, la intención se convierte en acción, un entrenamiento hacia la mente del despertar en situación. Y al mismo tiempo, ha de cultivarse el discernimiento para descubrir la verdadera naturaleza de lo que pasa, la dimensión ilusoria de todo, la vacuidad.
Los tres discernimientos
Khempo ha insistido varias veces en el hecho de que el cambio del objeto sobre el que focalizamos pasa por el proceso de estudio – reflexión – meditación. Estos tres aspectos generan tres discernimientos que hacen que el cambio sea posible. La escucha permite adquirir el conocimiento intelectual del sujeto; tomamos conocimiento de aquello que ignoramos. Tras lo cual llega la reflexión: nos hace falta contemplar el sentido de las palabras enseñadas por el Buda, el sentido profundo de las explicaciones y de esa manera, adquirir un conocimiento definitivo de un tema en cuestión. Hemos entendido el tema de manera profunda y detallada acabando por medio de la reflexión con las dudas, por lo que estamos seguros del sentido de lo que se ha enseñado. Cultivamos después este sentido para estar cada vez más familiarizados con lo que vehiculiza. Es lo que llamamos la meditación, es decir, habituarse con el fin de familiarizarse con el sentido. El practicante desarrolla así un hábito cada vez más integro, la orientación de la mente cambia, volviéndose menos mundana para dejar lugar a la mente del despertar.
Progresión lenta
Ya que hemos de tomarnos el tiempo de reflexionar al sentido de las palabras, hay que primero asegurarse de escuchar las explicaciones. El Sutra del Diamante, que no es muy largo, tiene 18 puntos que hay que integrar para practicar la vía de los bodhisattvas. Tras tres semanas de enseñanzas, hemos estudiado los cuatro primeros puntos. Khempo Rimpoché se aplica, dándonos todos los detalles necesarios para hacernos comprender lo que es la vía del bodhisattva y nos da los medios para recorrerla. Pero esto no ha acabado, nos quedan aún 14 puntos a estudiar. Nos ha asegurado que el año que viene nos visita para continuar lo que tan bien lleva su nombre, los tesoros budistas del conocimiento.
Puntso, responsable del programa de Dhagpo.
Foto de grupo: los participantes del curso de verano de 2018