Punto de referencia: encontrar el GPS interior
Para responder a esta falta de confort lo que puede pasar es que el adolescente que somos, encuentre los métodos apropiados, pero también puede pasar que encuentre los medios que le lleven por direcciones equivocadas. Especialmente cuando aparece, no es la confusión lo que se siente sino más la expresión de una necesidad que a veces hace las cosas difíciles. Puede ser que busquemos relajarnos o distraernos de una manera que nos lleve en la dirección equivocada.
En tanto que adolescente, nos hace falta descubrir y recorrer nuestro propio camino, pero para ello, necesitamos ciertos consejos o instrucciones importantes. Incluso si no llegamos a aplicarlos completamente, no es grave. Por otro lado, nos hace falta conocer e intentar entender estas informaciones ya que va a ser gracias a ellas que, frente a la confusión, a las dificultades, pero también a las alegrías, no nos sentiremos perdidos. No estaremos en el rechazo y en el sufrimiento. Podremos conectarnos a un conocimiento como una referencia que nos ayudará.
Vivimos entre un gran número de seres humanos, ¿cómo elegir nuestra propia dirección? Necesitamos confianza en nosotros mismos para descubrir y recorrer nuestro propio camino. Tomemos un ejemplo que muestre como esta confianza puede tomar otra dirección.
Adquirir buenos conocimientos
Primero están los conocimientos que son el fruto de nuestra educación y aquellos que nos transmite el colegio. Esto nos permite adquirir una imagen global de lo que es el mundo. Estos conocimientos adquiridos son tantas referencias, que nos permiten después tomar decisiones por nosotros mismos, sin depender de referencias exteriores. Va a ser nuestra educación la que participe en el desarrollo de nuestras capacidades de inteligencia, en aprender a distinguir las cosas y a discernir aquello que podamos seguir o aquello que debamos evitar. Esta es la base que nos permite elegir cómo nos desarrollamos. Somos por tanto nuestro propio maestro, nuestro GPS interior.
Aprender de los otros
Podemos ir al detalle: algunas personas se expresan de manera agresiva, hablan mal, pero su comportamiento no parece malo. Otras personas pueden no parecer malas, pero su comportamiento, sus actitudes lo son. A nosotros hacer la selección. Si intentamos entender por qué su comportamiento nos parece negativo, quizás encontremos las razones. Puede que sea por la droga, o por el alcohol, o esas personas quizás estén bajo la influencia de la fascinación o de una gran cólera. Las causas que empujan a la gente a reaccionar de manera impropia son numerosas. No hace falta por tanto ceder a los juicios pensando que esas personas son malas, sino que más bien es esto lo que debería de incitarnos a no elegir el mismo camino que han elegido ellos.
Elegir la buena dirección
Tomemos un ejemplo; algunos jóvenes, para probar sensaciones intensas, practican deportes extremos y juegan con los límites. Por falta de conciencia y de prudencia, se sobrepasa el límite y el accidente puede ser grave. Se trata de observar esto de manera abierta, sin juicios. Este tipo de situación nos enseña que, sin un comportamiento adecuado, si no prestamos atención a nosotros, esto nos puede llegar de la misma manera. Observando las causas y las condiciones sin juzgar, no deberíamos de correr riesgos corporales altos como algunos pueden hacerlo. En otras palabras, necesitamos desarrollar una conciencia lucida. Debemos desarrollar esta conciencia, ya que, sin ella, un día podríamos sobrepasar los límites y tener también nosotros un accidente.
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