Curso de verano, primera semana – « Escucha bien y guarda estas palabras en la mente »
Esa mañana, mientras vive en el monasterio de Sravasti, tras una corta noche de sueño, el buda Shakyamuni se levanta como cada mañana con el sol. Se absorbe durante varias horas en un profundo recogimiento meditativo y hace el recorrido del monasterio con el fin de ayudar a los monjes que lo necesitan, sobre todo los enfermos. Tras lo cual se va a mendigar su comida. No porque tuviera necesidad sino más bien porque eso le permite rencontrar a aquellos que no lo verían nunca si se quedara en el monasterio.
Por la mañana, Khempo Rimpoché enseña en dos veces de una hora y media, lo que le permite, a pesar de la traducción, tomar el tiempo para la explicación. Por la tarde, curso de tibetano para quienes lo desean, y retomamos juntos las instrucciones de la mañana con el fin de verificar nuestras notas y nuestra comprensión y, eventualmente hacer preguntas. A pesar de la densidad, los días pasan rápidamente. Y gracias al recuerdo, una alegría perdura: 2600 años después de que fueran dadas por el Buda, tenemos aún acceso a las instrucciones de este Sutra. Además del texto conservado hasta nuestros días, los maestros han trasmitido y esclarecido estas enseñanzas. Gracias a los esfuerzos del buda Shakyamuni es como se puso en marcha este sistema de transmisión. Un sentimiento de gratitud surge cuando tomamos conciencia de esta preservación rigurosa y de la puesta a disposición del Dharma. Khempo Chodrak añade: “Esta gratitud nos abre a la influencia espiritual de Buda, siendo esto lo que participa a la comprensión de las palabras del Sutra y a la puesta en práctica de las instrucciones”.
Una semana de las tres que dura el curso de verano ya ha pasado. Un día de pausa para respirar y con ganas de continuar.